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7 de Septiembre del 2006
Deceso de Miguel Ángel
Becerra Hidalgo en 1974 Procesan a Paul Schaefer por homicidio de
agente desertor de Dignidad Magistrado Jorge Zepeda encausó a
otros dos colonos como cómplices del mortal envenenamiento de
ex miembro de Patria y Libertad que también colaboró con la
DINA. Consideró que éste fue un crimen de lesa humanidad por
el contexto en que se cometió, independientemente de los
antecedentes de la víctima.
El ministro en visita Jorge Zepeda, quien
investiga los delitos cometidos al interior de la ex Colonia
Dignidad, procesó al líder del enclave Paul Schaefer y dos
colonos por el crimen de un colaborador que intentó desertar
en 1974.
El anciano recluido en la Cárcel de Alta
Seguridad fue imputado como autor, mientras en calidad de
cómplices fueron mencionados Kurt Schnellenkamp y Rudolf
Collen por el crimen de Miguel Ángel Becerra Hidalgo.
La víctima fue antes del golpe militar militante del
grupo subversivo Patria y Libertad, posteriormente colaborador
de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y luego agente
irregular de la labor de inteligencia implementada en la ex
Colonia Dignidad, donde se le asignó la denominación de “Uno”.
El individuo había planteado públicamente sus
intenciones de abandonar el predio controlado por ciudadanos
alemanes e incluso le había advertido a un hermano que temía
que sus superiores no estuviesen de acuerdo con su decisión,
pues manejaba mucha información sobre sus actividades que no
era deseable que se conociera.
Los hechos que
culminaron con la eliminación de Becerra, de 33 años, se
sucedieron entre los días 26 y 29 julio 74 en el interior de
la ex Colonia Dignidad, cuando fue envenenado con pesticidas.
El examen químico-toxicológico de las muestras de sus
vísceras del Servicio Médico Legal indicó que la causa de
muerte fue por la ingestión de elementos órgano-fosforados,
sustancias altamente tóxicas y capaces de producir el deceso
de una persona.
De acuerdo a la investigación del juez
Zepeda, Becerra fue envenenado y su cadáver puesto en su
propia camioneta. El vehículo fue más tarde subido a un camión
y trasladado a los alrededores de Parral. Tras bajar la
máquina menor, fue conducida y abandona cerca de Longaví, con
el fin de simular una muerte accidental o que la misma se
produjo lejos del enclave.
El magistrado consideró que
éste se trata de un crimen de lesa humanidad, porque está
relacionado y fue ejecutado por quien entendía el contexto
amplio y general en que ocurrió, esto es, formando parte de un
ataque sistemático y generalizado contra parte de la población
civil sobre una base política.
El contexto fue el
conflicto producido en Chile a la fecha del hecho y no obsta
para ello que la víctima haya sido informante de los agentes,
puesto que lo que resulta determinante fue que el ataque haya
sido inhumano en su naturaleza y carácter y que cause gran
sufrimiento.
En el fallo difundido este jueves se
menciona que Becerra llegó al enclave con su hijo José Miguel,
de 13 años al momento de la tragedia, quien permaneció cautivo
en el recinto de las cercanías de Parral hasta 2005.
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