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Tribunales "remataron" únicas pruebas del desaparecido
norteamericano Boris Weisfeiler
Proceso
por desaparición de matemático, ocurrido en enero de 1985, se encuentra en
manos del magistrado Jorge Zepeda.
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| En un fardo rematado
junto a otros bultos se perdieron hace cinco años las cosas que usó, hasta
el momento de su desaparición, el matemático norteamericano Boris
Weisfeiler. El único ciudadano estadounidense cuyo paradero aún resulta
ser un misterio no resuelto por la justicia chilena.
La inusual
venta - que implicó las únicas pruebas testimoniales existentes- quedó en
evidencia luego que el ministro Jorge Zepeda retomara la investigación en
el marco de las diligencias que realiza luego de ser designado por la
Corte Suprema como el encargado de las acusaciones que se presentan por
violaciones a los derechos humanos en Colonia Dignidad.
De acuerdo
a información obtenida por "La Segunda" en septiembre de 1999, las
especies de Weisfeiler fueron parte de un remate judicial que incluyó otra
serie de enseres que se acumulaban en las instalaciones del Segundo
Juzgado del Crimen sancarlino. Diligencia que quedó estampada en un
certificado emitido por el tribunal y que fue adjuntado al expediente que
originalmente llevó el juez Gilberto Cornejo y que después pasó a manos de
los miembros de la Corte de Apelaciones de Santiago Juan Guzmán (2000) y
Alejandro Solís (2002).
El remate judicial incluyó así un compás,
un saco de dormir, un carpa pequeña, los pantalones verdes tipo militar y
una mochila del mismo color que eran las únicas cosas que permanecían del
matemático norteamericano Boris Weisfeiler desaparecido en enero de 1985 y
cuyo secuestro, tortura y posible homicidio se adjudican al agentes del
gobierno militar y a miembros de la Colonia Dignidad, dirigidos por Paul
Schäfer.
Estos enseres fueron encontrados una semana después que se
perdiera el rastro de Weisfeiler, en una zona distante a 100 kilómetros de
las tierras pertenecientes a los colonos de Dignidad.
Si bien
inicialmente se habló de un accidente, el caso tomó ribetes
internacionales cuando en 1998 el entonces embajador norteamericano,
Gabriel Guerra Mondragón le solicitó a la cancillería chilena que se
investigara el paradero de Weisfeiler tras conocer la declaración de un
personaje anónimo quien en los últimos meses de 1997 afirmó que el
desaparecido fue capturado y llevado a la Colonia Dignidad, donde lo
habrían asesinado de un tiro en la cabeza. |
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